Aquel momento


Aquel momento resulta inexacto para el recuerdo. Ninguno de los dos puede explicar cuando sucedió, cuando fué qué dimos vuelta la "A" y nos tragamos el palo.
Solo sabemos qué desde ese momento comenzo la niebla. El maldito aire turbio con olor a smog que hacía confundir el más esfímero olor a puerto en el más rico arándano. La niebla que no nos dejaba ver el sol, obstruyéndonos el camino.
Fué entonces cuando la Venganza se había transformado en nuestra forma de dar y no resistiendo esto, nos contentábamos enmascarándola en el nombre de la Verdad. Verdad qué sonaba a gato encerrado y no llenaba los espacios vacíos de nuestro corazón.
Quizá fué en el comienzo cuando yo era puber y sentía de más, pero él, dolido por valla a saber qué cosa, pensaba demasiado.
O tal vez fué cuando yo ví demasiado y preferí undirme en el mar cartesiano, mientras él, enojado con su cabeza, se dejó llevar solo por sus cuatro sentidos negándo(me) la vista.
Coincido con las voces que habitan dentro de mi cabeza qué ese momento pudo haber surgido aún antes de haber sabido nuestros nombres.
Lo cierto es qué hoy la "V" dió un giro nuevo y las patas se estancaron por fin en la tierra gravitatoria para no moverse nunca más, para darle sentido real al Amor. Ya el palo dejo de dividirnos para permitir que por fín mi razón sienta y su empirísmo pueda entender.
Y si bien ahora la "R" está haciendo de las suyas y pretende por momentos transformarse en Recelo, nosotros sobemos solo Renacer.

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