Aquel momento


Aquel momento resulta inexacto para el recuerdo. Ninguno de los dos puede explicar cuando sucedió, cuando fué qué dimos vuelta la "A" y nos tragamos el palo.
Solo sabemos qué desde ese momento comenzo la niebla. El maldito aire turbio con olor a smog que hacía confundir el más esfímero olor a puerto en el más rico arándano. La niebla que no nos dejaba ver el sol, obstruyéndonos el camino.
Fué entonces cuando la Venganza se había transformado en nuestra forma de dar y no resistiendo esto, nos contentábamos enmascarándola en el nombre de la Verdad. Verdad qué sonaba a gato encerrado y no llenaba los espacios vacíos de nuestro corazón.
Quizá fué en el comienzo cuando yo era puber y sentía de más, pero él, dolido por valla a saber qué cosa, pensaba demasiado.
O tal vez fué cuando yo ví demasiado y preferí undirme en el mar cartesiano, mientras él, enojado con su cabeza, se dejó llevar solo por sus cuatro sentidos negándo(me) la vista.
Coincido con las voces que habitan dentro de mi cabeza qué ese momento pudo haber surgido aún antes de haber sabido nuestros nombres.
Lo cierto es qué hoy la "V" dió un giro nuevo y las patas se estancaron por fin en la tierra gravitatoria para no moverse nunca más, para darle sentido real al Amor. Ya el palo dejo de dividirnos para permitir que por fín mi razón sienta y su empirísmo pueda entender.
Y si bien ahora la "R" está haciendo de las suyas y pretende por momentos transformarse en Recelo, nosotros sobemos solo Renacer.

Poesías de distintos autores

LA BALADA DE LA MASTURBATORIA SOLITARIA, Anne Sexton

Al final del asunto siempre es la muerte.
Ella es mi taller. Ojo resbaladizo,
fuera de la tribu de mí misma mi aliento
te echa en falta. Espanto
a los que están presentes. Estoy saciada.
De noche, sola, me caso con la cama.
Dedo a dedo, ahora es mía.
No está tan lejos. Es mi encuentro.
La taño como a una campana. Me detengo
en la glorieta donde solías montarla.
Me hiciste tuya sobre el edredón floreado.
De noche, sola, me caso con la cama.

Toma, por ejemplo, esta noche, amor mío,
en la que cada pareja mezcla
con un revolcón conjunto, debajo, arriba,
el abundante par espuma y pluma,
hincándose y empujando, cabeza contra cabeza.
De noche, sola, me caso con la cama.

De esta forma escapo de mi cuerpo,
un milagro molesto, ¿Podría poner
en exibición el mercado de los sueños?
Me despliego. Crucifico.
Mi pequeña ciruela, la llamabas.
De noche, sola, me caso con la cama.

Entonces llegó mi rival de ojos oscuros.
La dama acuática, irguiéndos en la playa,
en la yema de los dedos un piano, vergüenza
en los labios y una voz de flauta.
Entretanto, yo pasé a ser la escoba usada.
De noche, sola, me caso con la cama.

Ella te agarró como una mujer agarra
un vestido de saldo de un estante
y yo me rompí como se rompen las piedras.
Te devuelvo tus libros y tu caña de pescar.
El periódico de hoy dice que os habéis casado.
De noche, sola, me caso con la cama.

Muchachos y muchachas son uno esta noche.
Se desabotonan blusas. Se bajan cremalleras.
Se quitan zapatos. Apagan la luz.
Las criaturas destellantes están llenas de mentiras.
Se comen mutuamente. Están más que saciadas.
De noche, sola, me caso con la cama.



LA JAULA, Alejandra Pizarnik

Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.



FIEBRE 39.5°, Silvia Plath

¿Pura? ¿Qué significa eso?
Las lenguas del infierno
son torpes, torpes como las triples
lenguas del torpe y obeso
Cancerbero

que jadea en la entrada.
Incapaz

de eliminar de un lengüetazo
la crisis febril, el pecado, el pecado.
La yesca clama.
El olor indeleble
de una vela que se apaga!
Amor, amor, el humo a baja altura ondula
a mi alrededor como las bufandas de Isadora, y temo
que una de ellas se enganche y ancle la rueda.
Esos taciturnos humos amarillos
crean su propia atmósfera.
No se elevan,

se arrastran en torno del globo
sofocando a los ancianos y a los mansos,
si débil bebé del invernadero en su cuna,
a la lúgubre orquídea
que cuelga en el aire su jardín colgante,
demoníaco leopardo.
La calefacción la tornó blanca
y la mató en una hora.
Untando los cuerpos de los adúlteros
como una ceniza de Hiroshima, y consumiéndolos.
El pecado. El pecado.

Querido mío, toda la noche
estuve fluctuando, encendiéndome, apagándome.
Las sábanas llegan a pesar como el beso del libertino.
Tres días. Tres noches.
Agua con limón, agua
de pollo, el agua me da arcadas.



LAS TRES PALABRAS MÁS EXTRAÑAS, Wislawa Szymborska

Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.



DESIERTO SAHARA, Carmen Conde

Sí. Yo tuve un mar sobre mi arena.
Un mar grande sin límites, compacto.
La tierra de oro que abrasa soledades
estuvo henchida augusta del mar que ya no soy.

Picaban gaviotas mi cuerpo remeciente,
movíanse las naves arriba de mis olas.
Pues yo era el mar que hervía sobre la arena rubia,
la arena saturada que hoy clama por su agua.

¡Oh el mar aquí fantasma, el mar que finge el viento,
desmelenando dunas, al aventar mi arena!
¡Ay mar del agua espesa, la que corpórea y dura
ansían caminantes de mi desierto blando!

¿Qué arcángeles de fuego evaporar pudieron
tanto mar que hube, llevándolo a un abismo?
Es mi arena abrasada la más sedienta boca
que clama por un agua que le bebieron dioses.

Los hombres me caminan, soñándome poblado
de aquel mar que fue mío, el mar sobre el desierto.
Yo les mullo mi carne, les recibe mi arena
y se quejan de sed junto a mi sede sin huelgo.

¡Ay mar de mi génesis, el mar que me escurrieron
a una zanja de llamas: cuánto pesa la arena!



COMPLICIDAD CON LA VÍCTIMA, María Elena Walsh

Besé la mano del guardián
y lo ayudé a bruñir cerrojos
con esa antigua habilidad que tengo
para borrar innecesariamente
toda huella de bien habida corrupción.
Permití las tinieblas,
rigores me tranquilizaron.
Saludé agradecida al aumentado déspota
y agité flores y banderas
en honor de su rango
de sembrador de oprobios para prójimos
pero no --quizás-- para mí.
Odié a las otras víctimas
en lugar de hermanarme
y no quise saber qué sucedía
en el vecino calabozo
o tras los diarios, más allá del mar.
Por eso me dejé vendar los ojos,
sencilla y obediente.
¡Es tan dulce la vida sin saber!
Acepté el castigo
con hipocresía de estampa
por si lo merecía mi inocencia
y fui capaz de denunciar
no al amo sino a la insensata esclava
que desdeñaba protección y ley.
Por pereza me dejé coronar
de puños o serpientes
y admira sin fisuras
a ujieres y embalsamadores,
el fascinante escaparate de los serios.
No supe compartir el sufrimiento
y orgullosa de su exclusividad
inventé argucias contra la rebelión
y jamás en sus aguas dudosas me metí.
Fui custodia del fuego
--a mucha honra-- para pequeños meritorios
y santones cubiertos de moscas.
Juro que nunca vertí veneno en su sopa
y en mis tiempos de bruja les alivié las llagas,
favor que me pagaron con incendios
pero yo perdoné
porque ¡es humano quemar!
La razón del verdugo
justifiqué callando y otorgando
y preferir durar decapitada
que trascender a mi albedrío
porque la libertad, ya sabéis, amenaza
con alimañas de perdición
como abismo a los pies de un paralítico.
Dormí con la conciencia
engrillada pero limpia
¿Qué culpa tiene una sombra?
Quise investirme de prestigio ajeno
y el sometimiento era vínculo,
me contagiaba un solemne resplandor.
Por eso permanezco
fiel a iniquidades y censores.
Al fin y al cabo me porté bien,
supe negociar
mi pálida y frágil sobrevivencia.



HACE MUCHO QUE HEMOS OLVIDADO EL ESCUCHAR,Nelly Sachs

Si El -en otro tiempo- nos hubiera plantado,
plantado como hierba de dunas, en el mar eterno,
creceríamos en pasturas tupidas,
como la lechuga crece en el huerto.
Aunque tengamos asuntos
que nos lleven más allá
de Su luz,
aunque bebamos el agua de cañerías
que se acerque muriendo
a nuestra boca, eternamente sedienta,
aunque caminemos por una calle
bajo la cual la tierra ha sido llevada al silencio
por un empedrado...
no debemos vender nuestro oído,
oh, nuestro oído no debemos vender.
También en el mercado,
en el cálculo del polvo,
más de uno da -rápidamente- un salto
sobre la cuerda de la nostalgia;
porque él escuchó algo,
dió el salto fuera del polvo
y sació su oído.
Apretad; oh, apretad -en el día de la destrucción-
a la tierra el oído que escucha,
y escucharéis, a través del sueño
escucharéis
cómo en la muerte
empieza la vida.



EL ICEBERG IMAGINARIO, Elizabeth Bishop

Es mejor tener el iceberg que el barco,
aunque ello signifique el fin del viaje.
Aunque permanezca totalmente inmóvil como una nublada roca
y todo el mar fuera móvil mármol.
Es mejor tener el iceberg que el barco;
poseeríamos más bien esta llanura de nieve
aunque las velas del barco anduvieran por el mar
como la nieve yace no disuelta sobre el agua.
Oh, solemne y flotante campo,
¿Te das cuenta que un iceberg reposa
contigo y cuando despierte puede pacer en sus nieves?

Esta es una escena por la que un marino daría sus ojos.
El barco es ignorado. El iceberg se alza
y se hunde de nuevo; sus vítreas puntas
corrigen las elipses del cielo.
Esta es una escena donde quien pasea por la borda
es incultamente retórico. El telón
es demasiado ligero para alzarse en las más finas cuerdas
que las aéreas torsiones de la nieve provean.
La gracia de estos blancos picos
hace sombras con el sol. El iceberg desafía su peso
sobre un movedizo escenario y se está y observa.

El iceberg corta sus facetas desde dentro.
Como las joyas de una tumba
continuamente se protege y adorna
sólo él mismo, quizás las nieves
que tanto nos sorprenden flotando en el mar.

Adiós, decimos, adiós, el barco se pierde
adonde las olas se entregan a otras olas
y las nubes pasan a un cielo más cálido.
Los iceberg son necesarios al alma
(haciéndose ambos de los elementos menos visibles)
para verlos así: encarnados, bellos, indivisiblemente erigidos.



TAN HUMANOS, Gabriela Dujó

Se desdibuja y retuerce,
se acongoja ante la ola uniforme.

El contraste de la vida muere,
entre líneas rectas y grises tonos.

Llora, por los brillos que ha perdido
llora, por lo oculto al alma,
purificada, filtrada, ultrajada, despreciada,
reducida a la forma, abstracta carga.

Ese frío vacío de la razón,
los cálidos tonos que ya no sentimos
la calidez invisible a nuestros uniformes de ismos.

Se hunden en conformismos y consumismos
camuflando nuestros deseos de vértigo
y fríos vientos desde el mar
que mitiguen nuestra pusilánime angustia,
de ser solo nosotros mismos,
aquí y ahora tan propios y tan íntimos.

Tan contrastantes y tan invisibles.
Tan sedientos de voz y tan mudos.
Tan alertas al fin y tan suicidas.
Tan tontos.
Tan cobardes.

La vida muere entre nuestros cadáveres vivos,
sin un latido de compromiso siquiera,
sin una lágrima de pérdida,
tan crueles y tan hipócritas,
ocultos a nuestra naturaleza,
nos convertimos en monstruos…
tan humanos.



CUANDO SONRÍES, Clotilde Tambroni

Cuando sonríes,
los goces furtivos,
las noches de insomnio,
los leves silencios y la risa loca,
se adhieren al labio como un beso que huye.

Desde tus ojos
resbala tu infancia como un día de lluvia,
y esa impertinente voluntad de ser,
que no parpadea.
Luego, muerdes la tristeza como una manzana,
y apenas la acabas,
te llenas la boca con una sonrisa,
que es todo un tratado de melancolía.



TODO PARAÍSO NO ESTÁ PERDIDO, André Breton

Los gallos de roca pasan dentro del cristal
Defienden el rocío a golpes de cresta
Entonces la divisa encantadora del relámpago
Desciende sobre la bandera de las ruinas
La arena no es más que un reloj fosforescente
Que da la medianoche
Por los brazos de una mujer olvidada
Sin refugio girando por el campo
Erguida en las aproximaciones y en los retrocesos celestes
Es aquí
Las sienes azules y duras de la quinta se bañan en la noche
que calca mis imágenes
Cabelleras cabelleras
El mal adquiere fuerzas muy cerca
Solamente se valdrá de nosotros.



LOS LOCOS, Roque Dalton

A los locos no nos quedan bien los nombres.

Los demás seres
llevan sus nombres como vestidos nuevos,
los balbucean al fundar amigos,
los hacen imprimir en tarjetitas blancas
que luego van de mano en mano
con la alegría de las cosas simples.

Y qué alegría muestran los Alfredos, los Antonios,
los pobres Juanes y los taciturnos Sergios,
los Alejandros con olor a mar!

Todos extienden, desde la misma garganta con que cantan
sus nombres envidiables como banderas bélicas,
tus nombres que se quedan en la tierra sonando
aunque ellos con sus huesos se vayan a la sombra.

Pero los locos, ay señor, los locos
que de tanto olvidar nos asfixiamos,
los pobres locos que hasta la risa confundimos
y a quienes la alegría se nos llena de lágrimas,
cómo vamos a andar con los nombres a rastras,
cuidándolos,
puliéndolos como mínimos animales de plata,
viendo con estos ojos que ni el sueño somete
que no se pierdan entre el polvo que nos halaga y odia?

Los locos no podemos anhelar que nos nombren
pero también lo olvidaremos…



PORQUE RESULTA QUE SOY LIBRE, Leonard Cohen

Todos conspiran para hacerme libre.
Yo intenté sumarme a sus argumentos
pero había muy pocas actitudes
y yo necesitaba bastantes.

El abandonar a la muchacha adorable
no fue idea mía,
pero ella se quedó dormida en la cama de alguien.
¡Ahora más que nunca deseo tener enemigos!

Vosotros que florecéis
en el fácil mundo del amor moderno
tened cuidado conmigo
porque he desarrollado una terrible virginidad
y al encontrarse conmigo
todos aquellos que hayan sobrepasado el beso
perecerán sumidos en la vergüenza
con verrugas y pelos en las palmas de sus manos

Ya va siendo hora de que nuestros mejores hombres mueran
en el error y la iluminación:
Moisés vigilando
David en su casa de sangre
Camus junto al río.
Mis nuevas leyes favorecen
no el satori sino la perfección.

Por fín, por fín,
los judíos que van
demasiado lejos en el Sabbath
serán lapidados,
Los católicos que blasfemen
sufrirán la electricidad aplicada
a sus genitales,
Los budistas que adquieren propiedades
serán aserrados por la mitad,
Los malos protestantes
tienen gobiernos
para hacerles la vida imposible.

¡Ah! ¡El universo vuelve al orden!
Los nuevos rascacielos de Montreal
se chulean de los aparcamientos
como los ganadores de un concurso de higiene
una suite de encendidas ventanas aquí y allá
como una Banda de Primera Clase
otorgada como premio a una limpieza esmerada.

Una muchacha que conocí
duerme en alguna cama
y de todas las cosas bonitas
que podría decir digo ésta:
veo su cuerpo desconcertado
por las impresiones de las bocas
de todos los besos de todos los hombres que ha conocido
como un piano arrabalero anillado por años de vasos de cocktail
y mientras ella se da cuenta y tintinea
en la encantadora vieja y pecaminosa danza
yo camino bajo la rubia lluvia de noviembre
castigándola con mi felicidad.



TIERRA CANSADA, Dulce María Loynaz del Castillo

La tierra se va cansando,
la rosa no huele a rosa.
La tierra se va cansando
de entibiar semillas rotas,
y el cansando de la tierra
sube en la flor que deshoja
el viento... Y allí, en el viento
se queda...

La mariposa
volará toda una tarde
para reunir una gota
de miel...

Ya no son las frutas
tan dulces como eran otras...
Las canas enjutas hacen
azúcar flojo... Y la poca
uva, vino que no alegra...
La rosa no huele a rosa.
La tierra se va cansando
de la raíz a las hojas,
la tierra se va cansando.
(Rosa, rosita de aromas...,
la de la Virgen de Mayo,
la de mi blanca corona...
¿Que viento la deshojo?)
¡Me duele el alma de sola!...

(La Virgen se qued6 arriba
toda cubierta de rosas...)

¡No me esperes si me esperas,
Rosa mas linda que todas!...

La tierra se va cansando...
El corazón quiere sombra...



YO MISMA FUÍ MI RUTA, Julia de Burgos

Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese:
un intento de vida;
un juego al escondite con mi ser.
Pero yo estaba hecha de presentes,
y mis pies planos sobre la tierra promisora
no resistían caminar hacia atrás,
y seguían adelante, adelante,
burlando las cenizas para alcanzar el beso
de los senderos nuevos.

A cada paso adelantado en mi ruta hacia el frente
rasgaba mis espaldas el aleteo desesperado
de los troncos viejos.

Pero la rama estaba desprendida para siempre,
y a cada nuevo azote la mirada mía
se separaba más y más y más de los lejanos
horizontes aprendidos:
y mi rostro iba tomando la expresión que le venía de adentro,
la expresión definida que asomaba un sentimiento
de liberación íntima;
un sentimiento que surgía
del equilibrio sostenido entre mi vida
y la verdad del beso de los senderos nuevos.

Ya definido mi rumbo en el presente,
me sentí brote de todos los suelos de la tierra,
de los suelos sin historia,
de los suelos sin porvenir,
del suelo siempre suelo sin orillas
de todos los hombres y de todas las épocas.

Y fui toda en mí como fue en mí la vida…

Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese:
un intento de vida;
un juego al escondite con mi ser.
Pero yo estaba hecha de presentes;
cuando ya los heraldos me anunciaban
en el regio desfile de los troncos viejos,
se me torció el deseo de seguir a los hombres,
y el homenaje se quedó esperándome.



MAÑANA ES SIEMPRE, Matilde Alba Swann:

Cómo quisiera despertar cantando.
Pero amanezco, en cambio,
dolorida
de no haberme quedado en ese espacio,
en ese tiempo de morir prestada.
Una isla no inscrita en ningún mapa,
una célula enferma de ignorancia,
un asfixiado mundo en miniatura,
una avanzada humanidad triunfante,
en clarines y hogueras
homicidas.
Tabla sola, sin náufrago siquiera,
y luchando,
relincho hacia la costa,
y animada nomás por el recuerdo
de un aliento mordido a sus astillas.
Cómo quisiera despertar cantando,
y me muero de sed y hambre
de canto
mientras desborda la preñada aurora
en promisorio bermellón de vinos,
y expandida,
hoguera en panes, horneándose a lo alto.
Yo estoy abajo,
debajo de la historia,
sepultada en antorchas apagadas
y estandartes marchitos.
Sumergida en humores subterráneos
y en cenizas de huesos
de bandido,
Soy el ser que no fue, lo que no pudo,
la olvidada, desdeñada semilla,
pero existo.
Dentro
tengo un sauce inclinado que me llora.
Un niño triste me llama, sin nombrarme.
Me doy cuenta,
me doy cuenta, yo existo.
Mañana espero despertar, cantando



LOS PORTADORES DE SUEÑOS, Gioconda Belli

En todas las profecías
está escrita la destrucción del mundo.

Todas las profecías cuentan
que el hombre creará su propia destrucción.

Pero los siglos y la vida
que siempre se renueva
engendraron también una generación
de amadores y soñadores,
hombres y mujeres que no soñaron
con la destrucción del mundo,
sino con la construcción del mundo
de las mariposas y los ruiseñores.

Desde pequeños venían marcados por el amor.
Detrás de su apariencia cotidiana
Guardaban la ternura y el sol de medianoche.
Las madres los encontraban llorando
por un pájaro muerto
y más tarde también los encontraron a muchos
muertos como pájaros.
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas
y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos
por un invierno de caricias.
Así fue como proliferaron en el mundo los portadores sueños,
atacados ferozmente por los portadores de profecías
habladoras
de catástrofes.
los llamaron ilusos, románticos, pensadores de
utopías
dijeron que sus palabras eran viejas
y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso
es antigua
el corazón del hombre.
Los acumuladores de riquezas les temían
lanzaban sus ejércitos contra ellos,
pero los portadores de sueños todas las noches
hacían el amor
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas
que no sólo portaban sueños sino que los
multiplicaban
y los hacían correr y hablar.
De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida
como también habia engendrado
a los que inventaron la manera
de apagar el sol.
Los portadores de sueños sobrevivieron a los
climas gélidos
pero en los climas cálidos casi parecían brotar por
generación espontánea.
Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias
torrenciales
Tuvieron algo que ver con esto,
La verdad es que como laboriosas hormiguitas
estos especímenes no dejaban de soñar y de construir
hermosos mundos,
mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se
llamaban compañeros,
que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban
en las muertes,
se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se
ayudaban en el
arte de querer y en la defensa de la felicidad.

Eran felices en su mundo de azúcar y de viento
de todas partes venían a impregnarse de su aliento
de sus claras miradas
hacia todas partes salían los que habían conocido
portando sueños
soñando con profecías nuevas
que hablaban de tiempos de mariposas y ruiseñores
y de que el mundo no tendría que terminar en la
hecatombe.
Por el contrario, los científicos diseñarían
puentes, jardines, juguetes sorprendentes
para hacer más gozosa la felicidad del hombre.

Son peligrosos - imprimían las grandes
rotativas
Son peligrosos - decían los presidentes
en sus discursos
Son peligrosos - murmuraban los artífices de la guerra.

Hay que destruirlos - imprimían las grandes
rotativas
Hay que destruirlos - decían los presidentes en sus
discursos
Hay que destruirlos - murmuraban los artífices de la guerra.

Los portadores de sueños conocían su poder
por eso no se extrañaban
también sabían que la vida los había engendrado
para protegerse de la muerte que anuncian las
profecías
y por eso defendían su vida aun con la muerte.
Por eso cultivaban jardines de sueños
y los exportaban con grandes lazos de colores.
Los profetas de la oscuridad se pasaban noches
y días enteros
vigilando los pasajes y los caminos
buscando estos peligrosos cargamentos
que nunca lograban atrapar
porque el que no tiene ojos para soñar
no ve los sueños ni de día, ni de noche.
Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de
sueños
que no pueden detener los traficantes de la muerte;
por doquier hay paquetes con grandes lazos
que sólo esta nueva raza de hombres puede ver
la semilla de estos sueños no se puede detectar
porque va envuelta en rojos corazones
en amplios vestidos de maternidad
donde piesecitos soñadores alborotan los vientres
que los albergan.

Dicen que la tierra después de parirlos
desencadenó un cielo de arcoiris
y sopló de fecundidad las raíces de los árboles.
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto
sabemos que la vida los engendró
para protegerse de la muerte que anuncian las
profecías.



EL CUENTO ES MUY SENCILLO, Mario Benedeti

El cuento es muy sencillo
usted nace en su tiempo
contempla atribulado
el rojo azul del cielo
el pájaro que emigra
y el temerario insecto
que será pisoteado
por su zapato nuevo.

Usted sufre de veras
reclama por comida
y por deber ajeno
o acaso por rutina
llora limpio de culpas
benditas o malditas
hasta que llega el sueño
y lo descalifica.

Usted se transfigura
ama casi hasta el colmo
logra sentirse eterno
de tanto y tanto asombro
pero las esperanzas
no llegan al otoño
y el corazón profeta
se convierte en escombros.

Usted por fin aprende
y usa lo aprendido
para saber que el mundo
es como un laberinto
en sus momentos claves
infierno o paraíso
amor o desamparo
y siempre, siempre un lío.

Usted madura y busca
las señas del presente
los ritos del pasado
y hasta el futuro en ciernes
quizá se ha vuelto sabio
irremediablemente
y cuando nada falta
entonces usted muere.

La religión del Amor


He venido a encender la lámpara del amor en sus corazones y velar para que brille cada día con mayor fulgor, no he venido para hablar de una religión en particular; como el hinduismo. No he venido en una misión para propagar alguna secta o creencia o causa; no tengo planes para atraer discípulos o devotos a mi rebaño o cualquier rebaño. He venido para hablarles acerca de esta fe unitaria universal, de este principio Atmico, de este camino de Amor, de esta Ley del Amor, de este deber de Amor y de esta obligación de Amor
No quiero que se vaya propagando la impresión de que yo deseo que se difundan este Nombre y esta Forma. No he venido a establecer un nuevo culto, no quiero que se engañe a la gente sobre este punto. Afirmo que esta Forma de Sai es la Forma de todos los varios Nombres que el hombre usa para la adoración de lo Divino
El individuo sólo puede realizarse por medio del servicio a los demás, de la expansión hacia lo Universal.
Crean que todos los corazones están motivados por el mismo y Único Dios; que todas las religiones glorifican al mismo y Único Dios; que todos los Nombres en todos los idiomas, y todas las formas que el hombre pueda concebir, representan al mismo y Único Dios. Para adorarle mejor se le adora por medio del Amos. Cultiven la actitud de Unicidad entre los hombres de todos los credos, de todos los países y de todos los continentes. Ese es Mi Mensaje de Amor que les traigo. Ese es el mensaje que deseo tomen en sus corazones.
No he venido a buscar seguidores ni adoradores de Mi persona, sino que he venido a buscar vuestra transformación.

Shirdi Sai Baba

Amor

Porque aún cuando la tierra esté seca y parezca que ya no hay raíces que plantar,
seguiremos juntos,
fuertes y seguros,
uno al lado del otro.

Nacer besando el sol

Cuando nací, sin sol, mi madre dijo:
—Flor de mi seno, oh magno generoso
de mí y del mundo copia suma,
pez que en ave y corcel y hombre se torna,
mira estas dos, que con dolor te brindo,
insignias de la vida: ve y escoge.

Éste, es un yugo: quien lo acepta, goza:
hace de manso buey, y como presta
servicio a los señores, duerme en paja
caliente, y tiene rica y ancha avena.

Ésta, oh misterio que de mí naciste
cual la cumbre nació de la montaña,
ésta, que alumbra y mata, es una estrella:
como que riega luz, los pecadores
huyen de quien la lleva, y en la vida,
cual un monstruo de crímenes cargado,
todo el que lleva luz se queda solo.

Pero el hombre que al buey sin pena imita,
buey vuelve a ser, y en apagado bruto
la escala universal de nuevo empieza.
El que la estrella sin temor se ciñe,
¡Como que crea, crece!

Cuando al mundo
de su copa el licor vació ya el vivo:
cuando, para manjar de la sangrienta
fiesta humana, sacó contento y grave
su propio corazón: cuando a los vientos
de Norte y Sur vertió su voz sagrada,
la estrella como un manto, en luz lo envuelve,
se enciende, como a fiesta, el aire claro,
y el vivo que a vivir no tuvo miedo,
¡Se oye que un paso más sube en la sombra!

—Dame el yugo, oh mi madre, de manera
Que puesto en él de pie, luzca en mi frente
Mejor la estrella que ilumina y mata.

Martí, José, Yugo y estrella.

Nuestra mitad


Cada uno de nosotros no es más que una mitad de hombre, que ha sido separada de su todo, como se divide una hoja en dos. Estas mitades buscan siempre sus mitades. Los hombres que provienen de la separación de estos seres compuestos, que se llaman andróginos, aman las mujeres; y la mayor parte de los adúlteros pertenecen a esta especie, así como también las mujeres que aman a los hombres y violan las leyes del himeneo. Pero a las mujeres, que provienen de la separación de las mujeres primitivas, no llaman la atención los hombres y se inclinan más a las mujeres; a esta especie pertenecen las tribactes. Del mismo modo los hombres, que provienen de la separación de los hombres primitivos, buscan el sexo masculino. Mientras son jóvenes aman a los hombres; se complacen en dormir con ellos y estar en sus brazos; son los primeros entre los adolescentes y los adultos, como que son de una naturaleza mucho más varonil. Sin razón se les echa en cara que viven sin pudor, porque no es la falta de este lo que les hace obrar así, sino que dotados de alma fuerte, valor varonil y carácter viril, buscan sus semejantes; y lo prueba que con el tiempo son más aptos que los demás para servir al Estado. Hechos hombres a su vez aman los jóvenes, y si se casan y tienen familia, no es porque la naturaleza los incline a ello, sino porque la ley los obliga. Lo que prefieren es pasar la vida los unos con los otros en el celibato. El único objeto de los hombres de este carácter, amen o sean amados, es reunirse a quienes se les asemeja. Cuando el que ama a los jóvenes o a cualquier otro llega a encontrar su mitad, la simpatía, la amistad, el amor los une de una manera tan maravillosa, que no quieren en ningún concepto separarse ni por un momento. Estos mismos hombres, que pasan toda la vida juntos, no pueden decir lo que quieren el uno del otro, porque si encuentran tanto gusto en vivir de esta suerte, no es de creer que sea la causa de esto el placer de los sentidos. Evidentemente su alma desea otra cosa, que ella no puede expresar, pero que adivina y da a entender. Y si cuando están el uno en brazos del otro, Vulcano se apareciese con los instrumentos de su arte, y les dijese: '¡Oh hombres!, ¿qué es lo que os exigís recíprocamente?', y si viéndoles perplejos, continuase interpelándoles de esta manera: 'lo que queréis, ¿no es estar de tal manera unidos, que ni de día ni de noche estéis el uno sin el otro? Si es esto lo que deseáis, voy a fundiros y mezclaros de tal manera, que no seréis ya dos personas, sino una sola; y que mientras viváis, viváis una vida común como una sola persona, y que cuando hayáis muerto, en la muerte misma os reunáis de manera que no seáis dos personas sino una sola. Ved ahora si es esto lo que deseáis, y si esto os puede hacer completamente felices.' Es bien seguro, que si Vulcano les dirigiera este discurso, ninguno de ellos negaría, ni respondería, que deseaba otra cosa, persuadido de que el dios acababa de expresar lo que en todos los momentos estaba en el fondo de su alma; esto es, el deseo de estar unido y confundido con el objeto amado, hasta no formar más que un solo ser con él. La causa de esto es que nuestra naturaleza primitiva era una, y que éramos un todo completo, y se da el nombre de amor al deseo y prosecución de este antiguo estado. Primitivamente, como he dicho, nosotros éramos uno; pero después en castigo de nuestra iniquidad nos separó Júpiter, como los arcadios lo fueron por los lacedemonios. Debemos procurar no cometer ninguna falta contra los dioses, por temor de exponernos a una segunda división, y no ser como las figuras presentadas de perfil en los bajorrelieves, que no tienen más que medio semblante, o como los dados cortados en dos.

El mito explicado por Aristófanes en El Banquete de Platón qué explica el amor en la Grecia antigua, donde prevalecía la homosexualidad entre hombres.

Suzanne

Susana te hace bajar
a su casa junto al río,
puedes oír como bajan los barcos,
puedes pasar la noche a su lado
Y sabes que esta medio loca
pero es por ello que quieres quedarte.
Y te sirve té y naranjas
que han venido desde China.
Y justo cuando ibas a decirle
que no tienes amor que darle
hace que sintonices con ella,
hace que el mar responda
que siempre has sido su amante.

Y quieres viajar con ella
y quieres viajar a ciegas,
Y sabes que ella confia en ti
porque has tocado su perfecto cuerpo
con tu mente.

Y Jesús era un marinero
cuando anduvo sobre el agua.
Y pasó mucho tiempo mirando
desde su torre de madera,
y cuando estubo seguro
de que solo los ahogados podían verlo
dijo “todo hombre será un marinero
hasta que el mar lo libere”,
pero él mismo estaba roto
mucho antes de que el cielo se abriese.
Abandonado, casi humano
se hundió bajo tu sabiduría
como una piedra.

Y quieres viajar con él
y quieres viajar a ciegas,
Y sabes que puede que le creas
porque ha tocado tu perfecto cuerpo
con su mente.

Ahora Susana te toma de la mano
y te lleva hasta el río,
viste harapos y plumas
del Ejercito de Salvación
y el sol se derrama como miel
en Nuestra Señora del Puerto,
y te enseña donde mirar
entre la basura y las flores.
Hay héroes en las algas,
hay niños en las mañanas,
se hace dependientes del amor
y estarán esclavizados por siempre
mientras Susana sujeta el espejo.

Y quieres viajar con ella
y quieres viajar a ciegas,
Y sabes que puedes creerle
porque ha tocado tu perfecto cuerpo
con su mente.

L. Cohen



Paz



Por fín paz,
te amo

Candy dice


Candy dice he llegado a odiar mi cuerpo
Y todo lo que este necesita de este mundo
Candy dice me gustaria saber realmente
que es aquello de lo que mi alma habla discretamente

Voy a mirar los pájaros azules volar sobre mi hombro
Voy a mirarlos pasarme,
quizás cuando sea más vieja
¿Qué crees que vería
Si pudiera salir fuera de mí?

Candy dice odio los sitios tranquilos
estos causan el más pequeño sabor de lo que será
Candy dice odio las grandes decisiones
ya que estas causan revisiones interminables en mi mente

Voy a observar los pájaros azules volar sobre mi hombro
Voy a mirarlos pasarme,
quizás cuando sea más vieja
¿Qué crees que vería
Si pudiera salir fuera de mí?


Candy Says en español. The Velvet Underground.

Por primera vez


Y fué entonces qué recordé aquella madrugada del domingo de hace muchos años. En una casa desconocida de algunos amigos de amigos que nos contactaron como amigas a L. Lan y a mi. Ella, mi mejor amiga o para ser más exacta, la hermana que me dió la vida. Recuerdo que ella recíen había cumplido 13 años, por ende yo los iba a cumplir en breve. Ella es un mes más grande.
Fué en ese sillón azul donde me senté exausta y sin ganas de nada, cosa que no era novedad. Seguir viviendo era ya algo dado por hecho y ni yo ni mi mejor amiga reíamos con sinceras (o por lo menos felónicas) carcajadas. Fué en ese sillón donde me sentí por primera vez sin el control.
Lan era de la lágrima fácil y del insulto al resto fácil. (¡¿Pero qué estoy diciendo yo?! ¡Si ella todavía no a muerto!.)
Ahora aprendió la lección de que nadie en la vida tiene reales ganas de consolarte cuando te ven llorar, salvo tus padres. Algunos buscan provecho, otros tienen que quedar bien. Como a nadie importábamos, ni a nuestros "padres" ni al resto de personas que queríamos pero decidían no formar parte comprometida de nuestra vida, solo quedaban los que se aprovechaban. Y es por eso que habíamos decidido sacar algún provecho de ello. Ya qué conocíamos el dolor y al resto con solo darles una mirada. Y dado que nuestra inocencia nunca fué tal, no le teníamos asco a nada.
Se sentó en el sillón de al lado procurando no apoyar su culo que valía oro sobre la mancha que desprendía un olor ya casi cotidiano.
-Este culo vale oro -siempre lo repetía- ya te dije, los hombres que buscan las tetas son mas mameros, más masculinos hasta diría. En cambio los hombres que vienen a los culos son medios ambiguos, medios raros. Una cagada. Tenes suerte.
Efectivamente sí, ya lo había dicho. Siempre repetía esa verdad inexorable, esa o "yo soy la única persona que soy discriminada por ser blanca flaca y alta". Y siempre hablaba fuerte y tirando un poco de rabia disimulada en carcajada. Sonrio sola mientras me acuerdo. Otra cosa es que siempre yo tenía suerte. Sus frases casi siempre terminaban (y siguen terminando) en "Vos si tenes suerte". Siempre ella estaba en peores condiciones que yo. Siempre.
Mirandola fijamente sin decir nada y repitiendo el relato de memoria en mi cabeza, después de un silencio agudo me incline para vomitar.
-Estoy para el culo-dije.
-Pero hoy justamente no bardeamos nada. Vos tomas siempre el triple de eso. No puede ser. Hoy no..
-¡Llevame al baño!.
Ella ya conocía mis órdenes. Siempre que uno estaba por llegar al coma cuatro y ella milagrosamente seguía conciente se ponía nerviosa y comenzaba a hablar rápido y seguido. En ese momento tanto ruido inseguro te pone más enfermo y lo único que pensaba era en como carajo ibamos a llegar a alguna cama para poder dormir. Le tardó verme dos veces más en semejante estado para darse cuenta que cuando junto energías para gritar algo es porque quiero paz.
¡PAZ! ¡PAZ! ¡PAZ! ¡PAZ! ¡PAZ! ¡¿Donde carajo iba a hayar paz?!
Dada la imposibilidad de ir al baño, ella me ayudaba a subir mi cabeza que parecía empecinada por colgar hacia el suelo mientras yo terminaba de lanzar lo malo afuera. Se acostó luego en el sillon de al lado que ya era el de ella. En silencio, millones de cosas rondaban por nuestra cabeza.
En eso salió de adentro el que, según mi amiga, tenía "el culo de Stallone". Fumando un porro, y con amabilidad barata nos dijo: "Chicas si quieren se pueden quedar durmiendo acá, esta todo bien".
(Me rìo sola de pensar en la reacción de Lan al leer esto, ya que en ciertas cosas ella nunca cambió. Seguro diría "Ves! ¡Ahí si tuviste suerte! ¡Ves que tenés suerte!")
-¿Me dás?- Apunté mi mirada al cigarro
-Si te doy- Mirando mis ojos con el puto doble sentido de mierda que siempre odie, me paso el pitillo y después de romper las pelotas un rato se fuè.
Después de tener el asunto resuelto, solo nos quedaba por ver el como sacarnos el frío. Añorabamos una mantita para cubrirnos y la felicidad espontánea, que era la única que conocíamos, era nuestra de nuevo.
-Ya sé por que estás mal pero quiero que sepas que las dos estamos asi. Bueno ya lo sabes. Ya sé que es todo una mierda y estamos perdidas. Bueno ya sabemos todo. Pero estamos las dos, no importa nadie. Ni tu vieja ni mi vieja. Son todos una mierda. Y aunque no sepamos que hacer hoy, estamos juntas. Y no digo de hacernos lesbianas..
-No es eso- la interrumpí- No quiero enamorarme nunca. Si algún día me enamoro estoy perdida. Odio a los hombres. Son todos una mierda. Me chupa si tienen el culo del que sea. El tuyo tenía una alianza. Nadie dá real amor. Todo el mundo se miente. Odio el no poder llegar a alguien, y siento que en todas estas masas de gente, nadie se conoce entre ellos mismos ni a ellos mismos.
-Si, es verdad. ¿Vos creés que él no te ama?
-Eso es una estupidés. Yo creo que nadie ama. Pero en sí, amar todos aman a los niños. El real paso no es amar, es enamorarse.
.¿Vos crees que el no está enamorado?
-Si, pero no de mi.
El silencio fué punsante y me descompuse otra vez.
Ahora recuerdo otra ingeniosa verdad de Lan: "la ùnica manera de penetrar a un hombre es con un cuchillo". Pero ella, dolida por haber sido tajada varias veces, estaba ocupada en tratar de penetrar a alguien. Y yo, casi invicta, me ocupaba de penetrar más sin que me penetren.
Y ese día, hace seis años atrás, me di cuenta que por primera vez estaba perdiendo la navaja del control.

La puta de Babilonia


La puta, la gran puta, la grandísima puta, la santurrona, la simoníaca, la inquisidora, la torturadora, la falsificadora, la asesina, la fea, la loca, la mala; la del Santo Oficio y el Índice de Libros Prohibidos; la de las Cruzadas y la noche de San Bartolomé; la que saqueó a Constantinopla y bañó de sangre a Jerusalén; la que exterminó a los albigenses y a los veinte mil habitantes de Beziers; la que arrasó con las culturas indígenas de América; la que quemó a Segarelli en Parma, a Juan Hus en Constanza y a Giordano Bruno en Roma; la detractora de la ciencia, la enemiga de la verdad, la adulteradora de la Historia; la perseguidora de judíos, la encendedora de hogueras, la quemadora de herejes y brujas; la estafadora de viudas, la cazadora de herencias, la vendedora de indulgencias; la que inventó a Cristoloco el rabioso y a Pedropiedra el estulto; la que promete el reino soso de los cielos y amenaza con el fuego eterno del infierno; la que amordaza la palabra y aherroja la libertad del alma; la que reprime a las demás religiones donde manda y exige libertad de culto donde no manda; la que nunca ha querido a los animales ni les ha tenido compasión; la oscurantista, la impostora, la embaucadora, la difamadora, la calumniadora, la reprimida, la represora, la mirona, la fisgona, la contumaz, la relapsa, la corrupta, la hipócrita, la parásita, la zángana; la antisemita, la esclavista, la homofóbica, la misógina; la carnívora, la carnicera, la limosnera, la tartufa, la mentirosa, la insidiosa, la traidora, la despojadora, la ladrona, la manipuladora, la depredadora, la opresora; la pérfida, la falaz, la rapaz, la felona; la aberrante, la inconsecuente, la incoherente, la absurda; la cretina, la estulta, la imbécil, la estúpida; la travestida, la mamarracha, la maricona; la autocrática, la despótica, la tiránica; la católica, la apostólica, la romana; la jesuítica, la dominica, la del Opus Dei; la concubina de Constantino, de Justiniano, de Carlomagno; la solapadora de Mussolini y de Hitler; la ramera de las rameras, la meretriz de las meretrices, la puta de Babilonia, la impune bimilenaria tiene cuentas pendientes conmigo desde mi infancia y aquí se las voy a cobrar.

Comienzo de La Puta de Babilonia, de Fernando Vallejo. Un libro apocalíptico y lleno de odio, que opaca lamentablemente a veces, detalladas importantes denuncias y sucesos historicos.

Foto:http://media.photobucket.com/image/la%20iglesia%20diabolica/xGothikkax/cena_diabolica.jpg