Eterno París

...Tomamos nuestras manos bajo las sábanas
y rosamos nuestros piés.
El sol de marzo marca otro día qué penetra en nuestra ventana
y en la cocina la pava hace ruido.
Te levantas a apagarla rápido
y procuras no hacer ruido
cuando pasas por el cuarto de los chicos.
Después vienes y me besas
y nos matamos como dos chicos.
La alarma por fín suena pero seguimos desnudos
y descubrimos que en eso qué odiábamos encóntramos nuestra felicidad,
descubrimos que nuestra morada burguesa no lo es tanto,
descubrimos que no importa que tengamos mañana,
más sí que nos tengamos...

- Y así, amor mió, así pasará cada 28. No importa donde, ni bajo qué mar, los 28 siempre olerán a un eterno París.

No hay comentarios: