Arte arte arte


yo maté a pepito cibrián

estábamos en un telo de lujo
en una habitación con espejos
pepito cibrián mi amiga spike y yo
los tres en la cama
no sé cómo habíamos llegado ahí
pepito me quería coger
estaba desnudo con el miembro parado
horrible
con esos ojos como de vidrio chino
esa voz de pito
esa piel de lagarto de plástico
pálida estirada brillante

cuando la situación se hizo insostenible
lo agarré del cuello con las dos manos
y lo ahorqué

con mi amiga limpiamos la habitación de cosas nuestras
y hasta sacamos las sábanas sucias
llenas de pendejos
y las metimos en mi mochila negra
la que tiene el estampado de elmo
el osito de plaza sésamo

bajamos y en la recepción pagó spike
con tarjeta de crédito
cuando tuvo que llenar unos papeles con sus datos
me di cuenta de que puso el nombre de su calle
ecuador
pero cambió el número
y cuando firmó hizo un garabato y tembló un poco
el temblor de la falsificación pensé

como el motel era de lujo
nos dieron unos perfumes de regalo

a la salida nos tomamos un taxi
hasta la costanera
y caminamos por la playa
esperando que saliera la noticia en los diarios
entonces yo le dije
mirá spike
nunca creí que alguna vez iba a matar a alguien
pero la verdad
si tenía que elegir una persona en todo el mundo a quien matar
habría elegido a pepito cibrián
ella sonrió tranquila
como diciendo no te preocupes esteban
hiciste bien
te comprendo perfectamente

(Publicado en Aventuras. Antología de la poesía gay argentina, Ediciones Belleza y Felicidad)

Vida Amor Risa



Es tu decisión donde quieras vivir

-en el infierno o en el cielo-

porque donde quieras que escojas vivir

tendrás que crearlo.

No es algo que ya esté listo,

que sólo necesites comprar un billete y tomar el tren;

es algo que tiene que ser creado.

El amor puede crear un paraíso aquí y ahora.

Toda mi enseñanza es: ama más,

hasta el punto en que tú mismo te conviertas

en el manantial del amor, y nada más...

Asume tu responsabilidad del infierno o del cielo

en que vives.

Y en cuanto comprendas tu responsabilidad,

¡no creo que haya quien escoja vivir en el infierno!

OSHO

Error o resurrección

Supongo, qué fue un error desobedecer el final ya escrito. Lo tenía en mis manos. Lo cambié por idiota. No pude haberme llevado por mi senti-miento.
Si ese avión despega y no estás con él lo lamentarás. Tal vez no ahora, tal vez no más tarde, pero si alguna vez y para toda la vida.
Quedé barada en la depresión africana. Quedé barada y me escapé.
El gusto de la soledad es riquísimo. El gusto del manejarlo todo y de solo tener un amor: uno mismo.
Jamás podré amar ya. No lo necesito. Me parece estúpido.
A veces extraño el amor real. Pero nunca extraño la confusión.
¡Qué estúpida fuí! ¡Solo ahora me doy cuenta cuanto valía...!
Pero es real, no me arrepiento de no conocer el Empire State.