Depresión




Tornados de gris pasan los días en París. Inmóvil sin querernos levantar de la cama seguimos viéndolos pasar por la ventana. En la televisión pasan las horas contando las mismas novedades de siempre. La radio ya no nos acompaña. Los libros nos distraen de la vida qué dejamos de lado. Miles de bandas que se pelean por valla a saber qué talento qué todavía no logro ver. Los poetas forman estilos que distraen el poco contenido con palabras adornadas. Discutimos diferentes guetos sin querer formar parte de ninguno. El mundo está dado vuelta y parece no dejarlo cambiarlo, ni cambiar nuestra vida qué se encamina sí o sí a seguirlo.
El no hacer nada es un eterno dejar para después y nosotros siempre dejamos. Volcados en el pozo de depresión nos encontramos uno en la miseria del otro. El humo, los papeles tirado, la cama deshecha qué nunca deja de usarse y los pelos despeinados. Los pozos de sangre. Las víceras expuestas. El no hacer nada es un vicio y hace doler la espalda, las articulaciones. Te vuelve viejo. El no querer nada y quererlo todo sin mover un dedo duele más cuando solo nos acompañamos entre la niebla, mal diciéndonos por arrastrar al otro a nuestro nido de desperdicios.
Sin darnos cuenta estamos en la misma ruta. Ninguno puede levantar al otro. Nuestros sueños se desvanecen cuando la esperanza se nos esfumó hace tiempo.

1 comentario:

lean dijo...

lindo blog=)
pasá por el mío

www.diariojineteazul.blogspot.com