Esos días


Hoy es uno de esos días donde miro cada cosa que me rodea hasta en su mínimo detalle. Pienso, pienso. Siento que todo es un sueño. Me paso de la estación en el Subte. El conciente golpea haciendome "toc toc" tenés que seguir y la distracción vuelve. Es un puto mar, no podés salir. La alegría del logro se antepone ante las ganas de tener una familia. Una mamá para pelear y comprar ropa, un papá que cele novios. Alguien que te quiera cuidar de  "los hijos de puta". Alguien a quien pedir permiso para hacer algo. Alguien que cocine comidas de familia. Hermanos mayores que te peleen y te presten el auto. Hermanos menores a quienes cuidar y que te pidan consejos. Alguien que me enseñe a manejarme en el banco, a tratar con las obras sociales y ir a la carnicería. Alguien que te ayude y te aliente a seguir.
Ya fué. Si sigo así voy a ser Paty y Selma, sin Selma. A salvo que me encuentre una amiga torta. Pero ahora las muy putas se pueden casar! Mierda! Necesito un marido o una lesbiana histérica, o muy fea. ¡Mierda! Ahora tengo que ir por un marido. Mierda!

1 comentario:

Mel Blanc dijo...

Parece ser un síndrome recurrente entre quienes atraviesan un período de soltería prolongado, que impide visualizar con precisión las ventajas de tal condición. Igual, para el tema del marido, me anoto si se arma una lista. Besos!